Araucarias de la Finca Travieso

El barranco de Guiniguada, en su tramo bajo, aunque bastante alterado por su proximidad a la ciudad, aún conserva cierto encanto rural, con productivas fincas, fragmentos de palmeral de palmas canarias centenarias y árboles que, por su porte, pudieran contarnos el devenir de generaciones. Destacan en el paisaje de esta impresionante depresión, en medio de la finca de plataneras de los Travieso, dos araucarias centenarias que retan a la ley de la gravedad. El mayor ejemplar, de bella factura, alcanza una altura de 42 metros; el otro, algo desmejorado por la afección de una enredadera que en tiempos pasados le cubría, es un poco menor. El topónimo del barranco de Guiniguada tiene un origen aborigen y hace referencia a las aguas que corrían por su lecho. En este barranco tuvo lugar, durante la Conquista de la isla, la Batalla del Guiniguada y a su vera se asentó el Real de Las Palmas. Durante siglos nutrió de recursos forestales, hídricos, minerales y alimenticios a la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Actualmente vuelve a valorizarse como espacio de recreo y conexión natural con el interior de la isla.