Pino de la Virgen

Frente a la Basílica y Santuario Mariano de Nuestra Señora del Pino, en el municipio de Teror, se halla un pino de unos 70 años, considerado heredero, que no descendiente, del famoso pino canario donde según cuentan, tras la conquista de la isla, le apareciera durante la noche la Virgen del Pino a unos indígenas. En Aterure, como denominaban el lugar los antiguos canarios, no se dudaba de las propiedades sanadoras del árbol, por cuanto la espiritualidad que las culturas indígenas otorgan a la naturaleza, proveedora de dones, se manifestaba en este caso, pues la tradición considera que del tronco del gran árbol emanaba una fuente con propiedades curativas, resultando que con el tiempo se secaría. El 8 de septiembre conmemora la fecha en la que el obispo D. Juan Frías realizó la visita oficial en 1481, para venerar la imagen de la Virgen del Pino. La parroquia fue creada en 1514 y restituida en el siglo XVIII. El pino primigenio, según parece, se cayó debido a una tormenta el 2 de abril de 1684. Al caer el pino, el párroco Juan Rodríguez de Quintana mandó medirlo, resultando que alcanzaba los 50 metros de alto y seis metros y medio de perímetro en su base. La singularidad de este pino radica no tanto en sus proporciones dada su relativa juventud, como en esos vínculos mágico religiosos que le antecede; y al tiempo, le vincula por su emplazamiento como custodio arbóreo de la Virgen del Pino, patrona de Gran Canaria.