Almácigo de Tasartico

La Aldea de San Nicolás conserva importantes vestigios de formaciones boscosas de interés, como los relícticos cedros canarios en sus montañas, o los almacigales, como el de Artejévez, uno de los escasos fragmentos de este bosque termófilo. También encontramos viejos almácigos dispersos en su geografía. En el tramo medio alto del Barranco de Tasartico, en una ladera sobre los 400 metros sobre el nivel del mar, se desarrolla un hermoso ejemplar de almácigo, que en este caso es macho. Este interesante ejemplar se distingue por no tener, en la actualidad, un tronco principal definido. Surgen alrededor de un viejo tocón unas diez ramas del suelo, donde se aprecia que están todas unidas en lo que intuimos una espectacular plataforma basal. Hoy en día no supera los 10 metros de alto y la copa tiene un perímetro de 20 metros, estando sin podar, por lo que todo el borde perimetral toca el suelo creando una grata bóveda. Bajo él encontramos un rico mantillo de materia orgánica que lo mantiene en forma, sin manifestar ninguna carencia alimenticia. Esto, unido a su ubicación, cerca del cauce del barranco y de fincas agrícolas, complementa sus necesidades hídricas. No cabe duda de que es un árbol viejo, sin poder saber cuánto, pero su recompuesta y singular estructura así nos lo confirma. Los lugareños, como ocurre con otros tantos árboles de la geografía de Canarias, lo recuerdan siempre así de grande y cuentan que sus abuelos también decían lo mismo sobre él.