Drago de La Matanza

En el barranco de Las Goteras, en Telde, la Finca de La Matanza evoca por su topónimo trágicos episodios de la época de la conquista, y aunque perdida la exhuberancia de épocas pasadas, conserva elementos patrimoniales de enorme interés. Rodeado de vástagos de diversa edad y tamaño, toda una familia, un antiguo drago de 14 metros de altura, con 15 ramificaciones y más de 200 años a cuesta, pervive en el que fuera antiguo cortijo de D. Francisco Hernández Vílchez. Este castellano recibió una concesión Real sobre el terreno en 1771, siendo cinco años más tarde traspasada la Data a D. Francisco Jacinto León y Matos, Regidor y Teniente Coronel del Regimiento de Telde. Ya en el siglo XX un antiguo propietario, médico de profesión, dedicó la finca al cultivo de flores, siendo adquirida en los años 90 por una empresa de áridos. El drago de La Matanza, orgulloso de su prole, aún palpita sonriente cobijado al este por una ladera colorida de cardones, guaydiles y acebuches.