Palmera de las mil hojas

En pleno centro de San Mateo, en el patio exterior de una casa privada que pertenece a Dña. Dulce Mª Rodríguez Ojeda, se localiza esta vistosa palmera, con su largo faldón de hojas secas cubriendo su tronco, que alcanza 20 metros de altura. Aunque se pueden encontrar palmas así en palmerales silvestres poco intervenidos, es difícil encontrarlas en núcleos de población. Esta, la de las “mil hojas”, contaba D. Jaime O’Shanahan que en una ocasión fue premiada por la Caja de Ahorros, y cuando le comunicaba el fallo del jurado al propietario, éste sorprendido preguntó que cómo le daban un premio cuando él nunca le había hecho nada a la palmera. A lo que D. Jaime le respondió que se lo habían dado precisamente por eso, por haber dejado que creciera y luciera de modo natural. La casa que guarda dicha palmera forma parte de un conjunto de casas conocidas en San Mateo como “Las casas hermanas”, debido a que las casas eran todas propiedades de hermanos, concretamente de los Navarro, que luego fueron vendiéndolas. Estas casas se construyeron antes del siglo XIX ya que, en 1810, cuando se edificó la Iglesia ya existían. De hecho, Dña. Clarita cuenta que su tatarabuelo que vivía en una de estas “casas hermanas” llevaba piedras para ayudar en la construcción de dicha Iglesia.