Laureles de Indias del Pajar

En Arguineguín, en El Pajar, entre una hilera de casas de la que les separa un muro y una plantación de plataneras, se encuentran colindantes dos ejemplares de laureles colosales, conformando el conjunto de sus dos copas un enorme parasol, un dosel de un diámetro de 40 metros de copa cada uno que en conjunto llega a los 60 metros. Uno de los laureles alcanza un perímetro de tronco de 13 metros y ambos tienen 20 metros de altura. Una de las vecinas con su vivienda cercana a los laureles, afirma que cuando en 1961 fue a vivir al Pajar, éstos ya existían. Otro vecino, de los más longevos de la zona, afirma que los laureles deben tener más de 100 años. Manolito, de 95 años, recuerda un molino junto a los laureles y un entorno lleno de cañas, plataneras y aguacateros. Las mujeres iban a lavar a una acequia llamada “La Correntilla” porque el pozo se llenaba. Habla de otro vecino, D. Carlos, que recuerda que cuando era un niño de unos 11 años fue cuando vio cómo D. Pedro Serpa, el maquinista, los plantó. Un temporal de viento reciente ha llegado a partir una de sus ramas debido al peso y la longitud que alcanzan, siendo que sus propietarios han evitado en lo posible podarlos, por lo que presentan un porte y un aspecto insólito, por cuanto lo frecuente es verlos mutilados. La progresiva urbanización del entorno parece destinarles a ser los elementos arbóreos principales de un futuro espacio verde público.