Pinos de Gáldar

Los Pinos de Gáldar, pinos canarios centenarios, se ubican en los límites cumbreros de tres municipios de la isla (Guía, Gáldar y Moya), entre los 1.400 y 1.500 metros sobre el nivel del mar. Además de por su edad y morfología, destacan por sus dimensiones, entre 15 y 25 metros de altura y anchos de copa de casi 25 metros, con diámetros basales de 2,5 metros y perímetros de hasta 8 metros. De los 19 que existían en 1962, a finales de la década de los 90 del pasado siglo habían desaparecido casi la mitad. Hacia la década de los años 60 se realizó una repoblación con pinos canarios en todo su entorno, contribuyendo con ello a su mayor vulnerabilidad frente a los incendios forestales, su principal amenaza. Como recientemente ha ocurrido con el gran incendio del verano de 2019. El fuego prende con facilidad en sus corazones de tea expuesta en viejas heridas abiertas en sus bases. También tienen una trágica historia asociada, el asesinato del boticario D. José Ezequiel Navarro Gispert, originario de Alicante, que había adquirido una pequeña fortuna trabajando en Cuba y tenía la intención de establecer una botica en Gran Canaria. El 13 de septiembre de 1916, dos extranjeros residentes en la isla que le acompañaban asunto de un negocio relacionado con almendras, le robaron todo lo que llevaba encima y enterraron el cadáver bajo uno de los pinos centenarios. Pero, el enterramiento fue superficial y el cabrero Juan Padrón encontró el cuerpo, dando avisa a las autoridades que esclarecieron el suceso y apresaron a los autores.