Pino de Casandra

El Pino de Casandra, o Pino Bonito, como también se le conoce, es probablemente, junto a los Pinos de Gáldar y el fenecido de Pilancones, el más popular de los pinos de Gran Canaria. Por su esbelta estampa sobre la pequeña colina, a modo de altar, ante la cercana presa de Las Niñas, desde donde propios y extraños vislumbran sus dos gruesas pernadas y añejas ramas. A este viejo pino canario se le estima una edad de más de 380 años. Con tanto tiempo mucho habrá visto y cobijado, siendo punto de referencia en los traslados de gentes y ganados, pastores, arrieros, leñadores y carboneros, y más recientemente montañeros y senderistas. El nombre de Casandra se vincula a leyendas, historias o cuentos, que en el imaginario juvenil de las noches de campamento en la presa, han venido alimentando la magia, el mito o las fantasías de generaciones. Dejemos por tanto a los cuentacuentos que se sigan perpetuando los relatos a la luz de la luna y que los sonidos que surjan al atravesar el aire su manto de acículas nos evoquen misteriosas fábulas de otros tiempos al soco del gran pino padre.