Palmeras de Lomo Verdejo

El barranco Guiniguada, a pesar de la presión urbana que sufre en su tramo bajo, guarda aún parte de su encanto rural y bienes patrimoniales de alto valor ecológico y paisajístico como son sus palmeras monumentales, la mayor parte localizadas a borde de antiguas fincas, varias de ellas abandonadas. Este es el caso de un pequeño grupo de palmeras que vegetan en un antiguo bancal de Lomo Verdejo, desde donde observan pacientes los meandros del barranco que serpentean hacia la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Esta finca es conocida bajo el nombre Morueto y linda con el barranco. Perteneció a D. Ceñón Mascareño Alemán, oriundo de Tenerife. Con anterioridad fue un convento. Del conjunto, unos cinco ejemplares, destaca una palmera por su altura ya que llega a los 31 metros. D. Ramón, que vivió y trabajó en la finca durante 18 años, afirma que la palmera debe de tener más de 100 años, ya que él con sus 72 años ha visto la palmera “de toda la vida”. Además, asegura que cerca había una palmera mucho más alta, pero se partió hace más de 10 años. En el pasado la palmera era podada por D. Paquito “el escobero”, quien vivía en San Roque y aprovechaba sus ramas para hacer escobas.